El día de Reyes no se entendería sin juguetes, pero tampoco sin el tradicional Roscón de Reyes.
Para los obradores con más veteranía de Burgos, como son Confitería Dieste, o Juarreño, son los de mayores ventas de todo el año, «con diferencia». Locales más comerciales como El Horno se sumaron hace años a esta costumbre con un producto íntegramente regional, más asequible pero de gran calidad.
Esta dulce costumbre del roscón de Reyes se sitúa en las llamadas saturnales romanas, unas fiestas dedicadas al dios Saturno con el objeto de que el pueblo romano en general pudiera celebrar los días más largos que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. Para estos festejos se elaboraban unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel, que se repartían por igual entre los plebeyos y esclavos.
A partir de ahí, y siempre con demanda creciente; en la actualidad se barajan cifras que superan los 25.000 roscones sólo en la capital burgalesa. Desde hace unos años, se ha consolidado la tradición de consumir este postre en los hogares. Sus ingredientes? a los tradicionales como la harina, el huevo, la mantequilla, o el agua de azahar, entre otros; algunos obradores añaden sus propios secretos como licores o un amplia variedad de frutas escabechadas.
En nuestra ciudad, este postre dulce compite con el que podremos degustar en breves fechas con motivo de la celebración del patrono de nuestra ciudad, San Lesmes, cuyo ‘roscón’ no tiene nada que envidiar al que nos ocupa aunque cada uno tiene su particularidad.
El motivo de esta entrada es conocer lo que piensan, prefieren, degustan los burgaleses …te atreves a comentar?
