Puede que haya estado dos o tres veces, no sé, quizás haya perdido la cuenta. En los lugares bonitos el tiempo vuela. Fue hace tres veranos, cuando casi por casualidad decidimos gastar cuatro días de nuestras vacaciones en un pequeño pueblo al sureste de Cantabria, limítrofe con Burgos.
Desde el cruce de la general, recorrimos varios kilómetros por una carretera estrecha, custodiada por una densa vegetación, dejando atrás casitas solitarias, mejor o peor conservadas, y con la tensión de cruzarnos con otro vehículo, pensando si habría sitio para los dos. También pasamos de largo por aldeas, hasta llegar al punto neurálgico, al pueblo de referencia, el más grande: Vega de Pas. Sanos y salvos.
Nos alojamos en un hotel rural muy acogedor, con vistas a la plaza Mayor y con unos inquilinos muy especiales: Iker, un gato superviviente, y la presencia muda de un hurón. Ambos disfrutaban a su manera de las bondades del jardín trasero de la casa.
La primera mañana de nuestra estancia en Vega de Pas estuvo protagonizada por el desayuno: elegir entre un delicioso sobao pasiego o tostada con mermelada. Fácil elección, ¿no?
De esta manera repusimos fuerzas para nuestra primera ruta por los caminos del valle. Eso sí, antes de partir, visitamos la pequeña tienda de ultramarinos para comprar provisiones. Y nos fuimos al bosque, atravesando caminos y prados, donde las vacas pastan de lado, felices. De vez en cuando un perro nos recordaba las propiedades privadas. Acariciamos burritos, pisamos charcos, dejamos atrás las cabañas y visitamos un lugar fantasmagórico y legendario: Yera, una estación a medio hacer que nunca vio llegar trenes, al menos de este mundo. A escasos metros de esta construcción abandonada se encuentra el conocido túnel de La Engaña, el enlace entre Cantabria y la provincia de Burgos, merecedor de un espacio en Cuarto Milenio.
Definitivamente Vega de Pas tiene estrella. Fue allí, un año después, en el mes de marzo, durante otras vacaciones, pero con otros pensadores e intrépidos compañeros de viaje, donde comenzamos a escribir nuestro proyecto, a trazar el futuro de Tesela. Así es cómo dimos los primeros pasos, entre lluvia y una feria de productos artesanos, en donde conocimos a Andrew, el artífice de Dougall’s. Una premonición que cuajamos al calor de un cocido montañés.
Vega de Pas es tradición, cercanía, calor de hogar, historia y también gastronomía, una cocina casera, sencilla, de la tierra. Probamos platos exquisitos, de puchero y unos postres caseros en La Estantería que nos conquistaron. Bueno, creo que nos atrapó todo de aquel local: sus fotos de rodaje, su decoración, las cazuelitas, los cachivaches con nostalgia, los caramelillos de quesada con el café, su gente maja, de nuevo sus postres… ¡Ummmmm!
La interesante historia de esta tierra, y también la difícil vida de sus antepasados, queda recogida en un museo etnográfico que es imprescindible visitar: Museo Etnográfico de las Tres Villas Pasiegas, donde abren la entrañas de una cabaña pasiega y muestran los utensilios del campo, los de hacer mantequilla o los helados.
Brindemos, sí, hagámoslo con grandes dosis de rica mantequilla, de esas vacas, reinas del prado, y con quesada original, de la buena, alejada de versiones y copias que jamás alcanzarán el carácter y el amor que se desprende en este valle. Brindemos, porque un día dimos el “sí quiero” a nuestro proyecto en un lugar único, de autor.
Enlaces
La Estantería: http://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g2052839-d2241521-Reviews-La_Estanteria-Vega_de_Pas_Cantabria.html
Casa de Don Guzmán: http://www.casadedonguzman.com
Museo Etnográfico: http://www.vallespasiegos.org/que-ver-y-que-hacer/item/118-museo-etnográfico-de-las-villas-pasiegas-vega-de-pas
Estación de Yera: http://es.wikipedia.org/wiki/Túnel_de_La_Engaña
Feria de Artesanía y Gastronomía Vega Pas: http://www.vallespasiegos.org/programas/planesturismo/3453-feria-artesania-y-gastronomia-vega-pas
Vega de Pas: http://www.turismodecantabria.com/descubrela/municipios/87-vega-de-pas
