La Fiesta del Curpillos de Burgos

La Fiesta del Curpillos de Burgos

Se trata de una fiesta típicamente burgalesa y que se celebra habitualmente el viernes posterior a la solemnidad del Corpus Christi. En torno a la devoción eucarística han surgido otras tradiciones folklóricas.

El Curpillos o Corpus Chico es la fiesta burgalesa más genuina. No se celebra en ninguna otra parte de España ni del mundo. Parece que sus orígenes están en la celebración de la victoria de las huestes cristianas sobre las musulmanas en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.

Aunque en los últimos tiempos ha sufrido alguna variación en su fecha, por el traslado de la Solemnidad del Corpus Christi del jueves al domingo, El Curpillos se celebra el viernes siguiente a la mencionada festividad. Su celebración está unida de manera inexorable al Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, fundado por el rey Alfonso VIII y su mujer la reina Leonor, donde tienen lugar todos los actos matutinos y, aunque tuvo momentos a lo largo de su dilatada historia en que estuvo a punto de desaparecer, actualmente se mantiene más viva que nunca.

La fiesta del Curpillos es una de las más populares de la ciudad. Una celebración estrechamente ligada a la eucaristía que no tiene muchos referentes en otras latitudes del mundo.

Posteriormente, se organiza una romería en el paraje denominado El Parral… uno los actos más populares donde destaca la romería y los tradicionales bailes de danzantes, tetines, gigantillos y gigantones.

El Curpillos tiene consideración de fiesta local desde 1953, aunque sólo lo fue en jornada completa desde 1979; hasta entonces, aún debía acudirse al trabajo hasta las doce del mediodía.

Tradición eucarística

En 1208, la religiosa Juliana de Cornillon promovió una fiesta eucarística que en breve tiempo se expandió por el norte de Italia. Además, en esos años, en Bolsena, cerca de Orvieto, tuvo lugar un milagro eucarístico: un sacerdote, después de consagrar y partir el pan para la comunión, descubrió cómo la hostia sangraba, haciendo que en la zona se ensalzara de forma considerable la adoración eucarística y se extendiera su devoción hasta dar origen a la fiesta del Corpus Christi.

En 1264, el papa Urbano IV promulgó la fiesta y, años más tarde, en 1311, su sucesor Clemente V aprobó las normas para celebrar la procesión eucarística tras la misa, que tendría lugar cada año el jueves siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad. Se compusieron hermosos himnos eucarísticos, como los de santo Tomás o san Buenaventura, algunos de los cuales siguen siendo hoy cantados, como el Pange Lingua.

La fiesta se extendió por toda Europa y llegó también a Burgos. Existen documentos que demuestran que se celebraba ya de forma solemne esta festividad en el año 1331, siendo Las Huelgas su lugar de desarrollo. Entrado el siglo XV, los documentos de la catedral hablan de otra magna celebración en torno a catedral, desarrollándose una procesión más pequeña –«Corpus Chico o Curpillos»– en el real monasterio ocho días después del jueves. Este año, el calendario laboral ha adelantado la fiesta del Curpillos a la del Corpus, que no es lo habitual.

La del Curpillos es, por tanto, una fiesta típicamente burgalesa.

En torno a ella ha surgido una importante cultura popular que conjuga lo religioso y lo profano. A la misa y procesión se han añadido otros elementos del folklore castellano, como bailes de danzantes y gigantones o la popular «jira» al parral. Además, durante la procesión con el Santísimo, se porta también el pendón de la batalla de las Navas de Tolosa, parte de la tienda del califa Miramamolín que los cristianos trajeron a Burgos como trofeo de aquella victoria de la Reconquista.

El Curpillos está declarada fiesta de interés turístico regional.

Más sobre Burgos y sus tradiciones …por @JMYudego

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