Hay evidencias arqueológicas de más de 4.400 años que certifican que los pobladores de la meseta norte ya disfrutaban de una bebida fermentada a base de trigo, antepasada directa de la actual cerveza. Se consumía en fechas señaladas y en ritos de amistad que se celebraban entre las distintas élites.
Dando un salto gigante en el tiempo, en los últimos años asistimos a una revolución humilde, silenciosa pero persistente del panorama cervecero en nuestra provincia. Se ha popularizado la elaboración casera de cerveza y, además, emprendedores burgaleses han puesto en marcha microcerveceras dedicadas a la fabricación artesana de zumo de cebada y lúpulo.
Sin duda la que cuenta con una mayor variedad de caldos en la provincia de Burgos es la medinesa Cervezas Marbi. Una empresa familiar que elabora una cerveza artesana, sin pasteurizar, por lo tanto viva y que evoluciona con el tiempo. Además, fruto de una segunda fermentación en botella, no necesita añadir artificialmente gas.
Cervezas Marbi comenzó su andadura con una Pilsner, un estilo al que el consumidor habitual de cerveza está totalmente acostumbrado, que se sirve bien fresquita, ideal para combatir los calores veraniegos o alternar con las amistades en invierno. También arriesgo elaborando Rokai, una American Pale Ale, elaborada con nada menos que cuatro maltas y aromatizada con lúpulos americanos que la aportan un delicioso y adictivo toque cítrico.
Asentadas las dos primeras referencias se lanzaron a la elaboración de una cerveza de trigo al estilo alemán. Una weissbier con sabor suave y regusto a plátano y clavo, ideal para acompañar un buen cordero asado. La Psycho-tropic, su siguiente apuesta, es desconcertante, una magistral mezcla de tres lúpulos consiguen aromas a frutas tropicales y sus escasos cuatro grados acentúan su ‘bebestibilidad’.
La locura llega con la Heisenbier, una Imperial Pale Ale, estilo que triunfa en los países del norte de Europa, caracterizada por su acentuado amargor paortado por los lúpulos y una alta graduación alcohólica que alcanza los ocho grados. Una grata sorpresa que admiran los expertos en cerveza y que cosecha muy buenas críticas.
Sin embargo las referencias de Cervezas Marbi no se agotan en estas cinco variedades sino que, además, han elaborado cervezas especiales como la navideña Saint Sören, una belga añejada con roble y toques de Jerez. Y, por otra parte, están las cervezas elaboradas en colaboración con empresas como Drunken Bros. Sin olvidar las sorprendentes mermeladas conseguidas a partir de cerveza, con toques florales que contrastan con el dulzor típico de este producto.
En definitiva, unas cervezas que no dejaran a nadie indiferente. Cervezas elaboradas con el cariño, oficio e inquietud que caracterizan a Javier y su hijo Ion. Cervezas que maridan con cualquier situación y compañía. Cervezas capaces de transmitir emociones cuando se combinan con las diferentes delicias alimentarias burgalesas.
Por @Aramayuelas
